La Universidad Francisco de Vitoria, en colaboración con los Colegios Stella Maria, ha organizado el Seminario ‘Educar en Virtudes: afectos, relatos y alianzas para una vida excelente’, los pasados 25 y 26 de marzo de 2022. Durante estos dos días participaron, entre otros, James Arthur, director del Jubilee Centre for Character and Virtues, de la Universidad de Birmingham, además de Gregorio Luri, de la Universidad de Barcelona, Juan Antonio Granados, director del colegio Stella Maris La Gavia (Madrid), y Juan José Pérez Soba, del Pontificio Instituto Juan Pablo II para los estudios de matrimonio y familia. Junto a ellos, Verónica Fernández, responsable de este Seminario sobre Educar en Virtudes, doctora en Educación y consagrada del Regnum Christi, la cual nos ha compartido la trascendencia de este encuentro al que asistieron más de 250 profesores de diversos centros educativos.
Un sistema educativo utilitarista
Al hablar de virtudes y enseñanza en la escuela, Verónica nos cita directamente a Aristóteles: “Nuestro examen no consiste en saber qué es la virtud, sino en llegar a ser bueno”. “Llegar a ser buenos, tener esa connaturalidad con el bien, elegir el bien y elegir bien, eso es la virtud”.
Se trata de algo que contrasta con la educación actual, la cual “ha acentuado que el fin de la educación consiste en el éxito de los estudiantes, pasando a ser un sistema muy utilitarista y que concibe al hombre para consumir y producir, y para ello ha tener éxito en el mundo laboral”.
Sin embargo, nos cuenta esta doctora en educación, lo verdaderamente importante “no es informar sino transformar personas”. A ello se suma que “lo que un estudiante sabe acaba olvidándolo al cabo de cinco años”. Por ello, lo que importa “es en quién se ha convertido un estudiante en todo el proceso educativo, y para todo ello es necesario la educación en virtudes”.
Educar el corazón para una vida excelente
Educar en virtudes consiste “en educar el corazón de modo que el alumno pueda desarrollar hábitos operativos buenos que le permitan integrar sus afectos y sus deseos en una vida grande, en una vida excelente. Se trata de que el alumno adquiera una connaturalidad con el bien (educando su sensibilidad, sus deseos, su imaginación) para que aprenda a reconocer y realizar ese bien y pueda ser capaz de construir relaciones interpersonales que le lleven a ser feliz a través del don de sí mismo”, nos explica Verónica Fernández.
También le hemos preguntado en dónde entra la fe en todo este proceso. ¿Se ha de estudiar necesariamente en un centro católico? Y nos responde que no debería ser necesario y que “ser virtuoso debería ser importante para todas las personas, no sólo para los católicos, ya que las virtudes elevan la vida moral y la bondad de las personas y de la comunidad humana, se enraízan en la verdad del bien que perfecciona al hombre”. Ciertamente, para un católico, hay una llamada fundamental “a practicar y vivir las virtudes teologales -la fe, la esperanza y la caridad-, las cuales no son plenamente accesibles a los seres humanos en su estado natural sin la ayuda de Dios”.
El relativismo moral
El problema que señala Verónica Fernández es que “actualmente vivimos en un gran relativismo moral que niega las normas morales y que da lo mismo hacer una cosa u otra”. En este sentido, el congreso perseguía el “mostrar al maestro el modo en el que trabaja la pedagogía de la virtudes que conduce a que madure el corazón humano en vista de una plenitud”.
Junto a ello, “también nos propusimos mostrar prácticas educativas que favorecen esta educación en virtudes, para ver que este tipo de educación es eminentemente práctico y es necesario conocer los modos como se realizan”. Estas buenas prácticas fueron ofrecidas por los colegios Mater Salvatoris, Stella Maris College y Stella Maris la Gavia, y el Colegio Real Monasterio Santa Isabel, de Barcelona, de la Red de Colegios Regnum Christi.
No obstante hay un objetivo más en este Seminario sobre Educar en Virtudes: “Preparar un camino para un máster en educación en virtudes y pedagogía narrativa que estamos desarrollando entre la Universidad Francisco de Vitoria y los colegios Stella Maris. Un máster que busca capacitar a los docentes para que estos puedan interpretar los dinamismos de las prácticas educativas y su valor de transformación del sujeto moral, y que sean capaces de desarrollar sus propias prácticas”.
Este artículo fue originalmente publicado en Regnum Christi España.