Rocío Caballero dedica parte de su trabajo apostólico a formar personas en el acompañamiento personal. Y por este motivo impartió un taller el 14 de enero de 2023 en la sección de adultos de Sevilla. El acompañamiento, como nos explica María, una de las asistentes, “debe hacerse con todo el ser: hay que parar, dejar todo a un lado y tomar conciencia de hacerlo con nuestra mirada, escucha atenta, sonrisa… sin olvidar que nuestro modelo es Cristo”.
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La persona al centro
Esta consagrada del Regnum Christi habló de las necesidades antropológicas del hombre: amar y ser amado, ser valioso, autonomía y libertad, pertenencia, autorrealización y trascendencia. Por otro lado, señaló las claves para el acompañamiento basándose en el encuentro de Cristo con María Magdalena, entre las que destacan salir al encuentro, mirar sin prejuicios, verdadera escucha, estar disponible, no reprochar, generar empatía, descubrir su don, buscar su crecimiento, etc.
El taller fue muy práctico, con trabajos en grupos en el que se analizaron las características y necesidades de los jóvenes, los matrimonios y las personas mayores en relación al acompañamiento. También se explicó el empleo de algunas herramientas útiles para el acompañamiento como “La rueda de mi vida” y “La ventana de Johari”.
Cristo, modelo de acompañante
Cristo es el mejor acompañante, y hay que seguir su ejemplo “poniendo a la persona, al otro, en el centro”, de esta forma, continúa María, “se puede crear una nueva cultura del acompañamiento en este mundo cada vez más rápido y cambiante, y que dificulta las relaciones verdaderas”.
Por su parte, Beatriz, señala que lo que más le gustó del taller “fue el sentido práctico que le dio Rocío: cuando pienso en el acompañamiento, lo primero que hay que hacer es valorar y analizar que necesita una persona, ponerse en su lugar, saber cuáles son sus carencias”. Por ello señala, “a mí me sirvió para pensar y analizar esos puntos que son necesarios para el otro y pararme a pensar qué puedo ofrecerle yo, porque todo el mundo no necesita lo mismo”.
Acompañar en la vida diaria
Eva apunta que “el acompañamiento se puede aplicar a nuestra vida cotidiana porque pensaba que sólo se aplicaba a personas mayores o enfermas”. Pero lo más significativo a su juicio “es que son cosas sencillas las que hay que hacer, sólo poniendo de nuestra parte, queriendo hacerlo, poniendo ganas, querer hacerlo”. Y señala un ejemplo: “En relación a la escucha he descubierto que lo que tengo que hacer es escuchar de verdad, aunque sea 5 minutos. Eso hace que se establezca una relación con las personas y se pueda llegar a hablar de cualquier cosa”.
Este artículo fue publicado originalmente por Regnum Christi España.