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«Tiempo de la Creación» – Entrevista a Paulina Núñez sobre la Ecología Integral

 ¿Qué le dices a alguien que niega el cambio climático? ¿Por qué hay quienes ven en la ecología un tema “liberal”? ¿Está haciendo algo el Regnum Christi para sensibilizar a la gente sobre el daño medioambiental? Paulina Núñez, consagrada del Regnum Christi, ahonda en estos temas y nos ofrece una visión eclesial sobre la ecología integral.

En 2015, el Papa Francisco instituyó oficialmente el “Tiempo de la Creación” que va del 1° de septiembre al 4 de octubre. Han pasado nueve años de eso… ¿qué te dice a ti todo esto?

Lo más importante del 2015 fue la publicación de Laudato Si’ que es la primera encíclica que habla de lleno sobre un tema medioambiental. No es una novedad del todo porque del cuidado de la creación y del medioambiente vienen hablando explícitamente los Papas desde Pablo VI, e implícitamente desde los Padres de la Iglesia, y un poco más cerca de nuestro tiempo con León XIII y la doctrina social.

Lo que ha cambiado es el uso del vocabulario y la prioridad que se le da al tema al darle una densidad magisterial de este tipo. Con la publicación de Laudato Si’ y también como un gesto ecuménico religioso, la Iglesia católica se une a una fiesta que ya tienen los ortodoxos que es el “Tiempo de la Creación”, y que es muy bonita porque los ortodoxos comienzan ahí su año litúrgico.

Para nosotros, en la Iglesia, es un tiempo bastante reciente en cuanto a la liturgia. Hay incluso quienes dicen que puede llegar a ser un tiempo litúrgico y no solo una celebración, una memoria litúrgica. Para la Iglesia católica, el Tiempo de la Creación concluye el 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís.

Ahora bien, la idea más profunda de esto no está centrado en algo meramente medioambiental, es decir, no es algo relacionado a reciclar plástico o paneles solares, etc. Más bien va orientado a la Teología de la Creación que se busca recuperar a través de uno de sus autores principales, el entonces Card. Ratzinger (y luego Benedicto XVI) que dio unas homilías en Alemania y que se centran en la creación y en el pecado.

Ahí él mencionaba que hablar de la creación como si solo fuera un “cuentito” hace que se pierdan aspectos muy relevantes, por ejemplo, no solo la idea del pecado como algo que Dios viene a redimir. Es decir, si no se habla del pecado entonces nuestra debilidad es nuestra naturaleza. Pero si caemos y podemos levantarnos es porque Cristo nos ha redimido. Si no hay una conciencia y una narrativa del pecado, entonces todos somos malos y todo está perdido. Y si hay una buena y madura evangelización de la Teología de la Creación, ¡cuántas cosas se sanan! ¿Por qué? Porque hay un Dios, Padre bueno, que ha creado todo para mí. Y si hay un Padre, es que todos somos hermanos.

Por eso es muy hermoso darse cuenta de que la Iglesia trata de referirse, más que de medioambiente, a la “Casa común” que todos habitamos.

 

⁠⁠La ecología es uno de esos temas que se prestan para la ideología, para el debate político y donde parece que lo esencial se desdibuja precisamente por eso. ¿Dónde estamos como Iglesia – y como Regnum Christi – en el tema de la ecología?

Es muy importante recordar que es un tema muy fácil de manipular, como lo ha sido siempre la necesidad de los más vulnerables. Efectivamente, este es un tema manipulado e ideologizado.

La propuesta de la Iglesia hoy es la «ecología integral». Hasta el pontificado de Benedicto XVI se le conocía como «ecología humana». Este paso extra que se ha dado consiste en una visión antropológica que reconoce al ser humano del todo distinto, pero no del todo distante.

Es evidente que sí hay una jerarquía en la dignidad de las criaturas. El ser humano es imagen y semejanza de Dios. Toda la creación es a imagen de Dios, pero no a su semejanza. Nosotros somos a imagen y semejanza de Dios. Una de las cosas muy potentes que subraya la ecología integral es que todo está conectado, porque no es solamente que cualquiera de mis acciones tiene consecuencias, y esperemos que siempre positivas, pero también negativas en el resto de mis hermanos.

Aquí es donde se abre la conciencia de una solidaridad no solo intergeneracional sino intrageneracional, es decir, con otras generaciones. Nosotros acogemos lo que nuestros mayores nos han dejado y nos hacemos responsables para los que vengan más adelante y para los más necesitados, que son tanto los pobres como los no nacidos. A eso se refiere la ecología integral. Es muy importante utilizar ese concepto como la propuesta de la Iglesia católica.

¿Dónde estamos ahora? En el ámbito académico, la Laudato Si’, como encíclica y documento pontificio, tiene el mayor número de citas académicas en la historia, incluso más que la Humanae Vitae. Esto porque la comunidad científica vio con muy buenos ojos la seriedad del documento. También, la Laudato Si’, al igual que muchas otras encíclicas y documentos de doctrina social, es interdisciplinar. La Laudato Si’ se hizo con la colaboración de muchas áreas del saber, y científicamente desde muchos ángulos.

Y, dentro de la Iglesia, cita mucho al inicio al Patriarca Bartolomé, de la Iglesia ortodoxa. Y a lo largo de la misma encíclica menciona a casi todas las conferencias episcopales del mundo. Es importante recordar que la ecología integral es una rama de la doctrina social, y la doctrina social es una aplicación de la teología moral, y la teología moral tiene como finalidad hacer de nuestra vida, de nuestro corazón y de nuestros actos, algo más parecido al proyecto de libertad, de amor y de verdad para el que nos ha creado Dios.

Cuando uno se hace cargo de la creación, se hace custodio de la creación – que también es una expresión que usa la Iglesia – y no te sientes culpable. Por ejemplo, con eso de la contaminación, los movimientos más ideologizados te causan una sensación de culpa, más que de asombro. Recordemos que el miedo tiene «mecha corta», la gratitud y el asombro no.

Cuando se nos invita a cambiar hábitos de vida que, objetivamente, están intoxicando el planeta, pues están intoxicando al planeta porque nos están intoxicando a nosotros, a nuestra alma, a nuestro corazón, nuestra percepción de la realidad, nuestras inseguridades, el consumismo tiene más de inseguridad que de irreflexión.

El Papa Francisco habla en la Laudato Si’ que no hay dos crisis, una medioambiental y una antropológica; hay una sola y única crisis que tiene un fuerte alcance medioambiental. También habla del mundo no como un problema a resolver sino como un misterio a contemplar. Y eso creo es mucho más respetuoso con la dignidad del ser humano.

En el Regnum Christi, tratamos de ir siempre al paso de la Iglesia. Lo que actualmente tenemos es en España, dos proyectos de tesis doctorales que llevamos dos consagradas del Regnum Christi. Desde hace cinco años llevamos el proyecto «Laudato Si’ UFV» y hemos hecho varias actividades. Este año hemos iniciado una sociedad de alumnos, algo que en España y en Europa en general es muy importante. No es como formar un club, porque hay que desarrollar procesos y mostrar las propuestas, etc.

Y yo noto mucho interés, más del que yo me esperaba, y a veces me da un poco de miedo de que nos podamos ver vinculados en iniciativas que tienen propuestas antropológicas pero destructivas, muy inmanentes. O, por el contrario, a nivel religioso, pero con iniciativas muy cursis. Hay que estar a la altura de lo que Dios nos está pidiendo aquí. Mi tesis doctoral es sobre los fundamentos antropológicos de la ecología integral a la luz de la obra de un filósofo experto en posmodernidad, Fabrice Hadjadj, para la propuesta universitaria del Regnum Christi.

Yo tengo la intuición, y así lo he comentado ya con varios legionarios, con laicos consagrados, algunas hermanas y con muchos laicos, que nuestro carisma es cristocéntrico. Cristo es la persona encarnada. El Padre es el creador, el Espíritu Santo es el vivificador, pero Cristo es la persona encarnada. Nosotros, como contempladores de la persona de Cristo, sabemos que la Tierra no es divina; pero la Tierra sí es sagrada porque Cristo la ha pisado y porque Cristo nos ha dejado los siete sacramentos con material de esta Tierra. Yo creo que aquí hay toda una revolución antropológica muy potente.

 

⁠⁠Tú has llevado un recorrido en este tema de la ecología, ¿qué retos ves que aún necesitamos reflexionar, considerar, discutir en el Regnum Christi y como Iglesia «en salida»? 

Todo empezó como una intuición en el 2020, providencialmente con el confinamiento por el COVID. Un mes antes del confinamiento, un grupo de jóvenes con disponibilidad de tiempo nos ayudó a lanzar el proyecto universitario que hoy hemos podido mantener, pero que quizá no lo hubiéramos podido arrancar si no fuera por el confinamiento.

Otro momento fue una actividad, tenemos un retiro en Barcelona: “La obra de Gaudí a la luz de la Laudato Si’”. Ahí asisten matrimonios, algunos jóvenes, mucha gente de edad laboral, y empiezan a ver el alcance del trabajo. Fue muy curioso porque al inicio ese no era el objetivo del retiro, pero podríamos decir que la Providencia quiso que fuera así. Aparte de que la Sagrada Familia es una estructura espectacular y que Gaudí quiso basarse en los elementos de la naturaleza para evangelizar, lo que la gente también ve ahí es que todo eso es fruto del trabajo del hombre y es un acercamiento a la ecología integral y a la dignidad del trabajo. El trabajo digno y evangelizador nos trascenderá. Antonio Gaudí está en proceso de beatificación.

 

¿Qué le dirías a quienes se van a los extremos en el tema del cambio climático, a quienes lo niegan por completo y a quienes prácticamente ven ya un “fin del mundo”?

A todos: ¡escucharnos! Pedirles perdón si en algún momento yo no he sabido acoger su sensibilidad, de quienes niegan por completo. Quizá yo no estoy entendiendo bien a qué le tienen miedo – lo intuyo – y no estoy sabiendo cómo acercarme a su postura. Hay elementos suficientes a nivel científico para comprobar que hay algo que está pasando en la Tierra y que está directamente relacionado con la conducta del ser humano. Eso es medible a nivel científico.

También me alejo del otro extremo del “nos vamos a morir todos mañana”. A ellos les preguntaría de qué pasaje del Evangelio se alimentan para atacar, para no creer o para cerrarse. Hay algo que nos habla la evidencia y yo trato, en las propuestas, de hablar más del asombro y sí, como una consecuencia del asombro, la gratitud; y de la gratitud, el cuidado. Yo me muevo más por ahí que en amenazas y discusiones que quitan mucho el tiempo y nos distraen de todo este regalo teológico.

 

¿Dónde podemos encontrar buen material para seguir profundizando y tomar acciones en este tema?Primero que nada, Laudato Si’. Ahí, por ejemplo, el segundo capítulo es el “evangelio de la creación”; el sexto habla de espiritualidad ecológica. También tenemos el Linktree «Laudato Si’ UFV-RC» dónde podrán encontrar mucho material.


«Tiempo de la Creación» - Paulina Núñez y la Ecología Integral

Paulina Núñez es consagrada del Regnum Christi desde hace 25 años. Es originaria de Guaymas, Sonora (México), y lleva ya 13 años trabajando en Madrid, España. Actualmente es profesora de la Universidad Francisco de Vitoria de Responsabilidad Social para alumnos de Ingeniería Biomédica y dirige la Sociedad de Alumnos «Laudato Si’ UFV RC». Se encuentra haciendo un doctorado en ecología integral.

Este artículo fue publicado originalmente por Regnum Christi.