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Celine Kelly: Cinco décadas de entrega y transformación

Un llamado a profundizar en la espiritualidad ignaciana 

Hace años, Celine Kelly sintió la inquietud de mejorar la forma en que se ofrecían los ejercicios espirituales dentro de su comunidad. Percibía que había algo más, una manera más profunda de poner a Cristo en el centro, de ayudar a otros a crecer en su diálogo con Él. 

Siguiendo esa intuición, decidió especializarse en dirección espiritual y ejercicios de San Ignacio. “San Ignacio tenía un don impresionante: primero, en su propia vida, al encontrar a Cristo y dejarse transformar por Él, y después, en su capacidad de ayudar a otros a hacer lo mismo”, explica. 

Lo que descubrió en esos años de estudio la marcó para siempre. “Dios nos lleva como un buen pedagogo, paso a paso. Nos abre caminos que, muchas veces, ni siquiera imaginamos. Y cuando entendemos esto, podemos ayudar a otros a caminar a su ritmo, según su necesidad, su momento en la vida”. 

El Evangelio hecho vida en Tierra Santa 

Desde hace un tiempo, su misión la llevó a Tierra Santa, donde ha acompañado a cientos de peregrinos en su encuentro con los lugares donde Jesús vivió y predicó. “El Evangelio es vivo”, dice con convicción. “No es solo historia o arqueología, sino la experiencia real de un encuentro con Cristo”. 

Para Celine, ver cómo los peregrinos llegan con el corazón abierto y se dejan transformar es un privilegio. “Hay momentos en los que ves a alguien escuchar la voz de Dios con claridad. Se sienten tocados, su vida cambia. Y eso es lo más grande: saber que Dios sigue actuando”. 

La formación como parte del camino 

A lo largo de los años, Celine ha visto cómo el crecimiento personal y el apostolado van de la mano. “Somos peregrinos ayudando a otros peregrinos”, dice. “Para poder dar, primero hay que recibir”. 

Por eso, para ella, la formación nunca ha sido un lujo, sino una necesidad. “Cuando te abres al estudio, a la oración, a la acción del Espíritu en tu vida, tu misión cobra más sentido. Te vuelves más sensible a lo que los demás necesitan, sabes cómo ayudar mejor”. 

Pronto celebrará su año jubilar. “Es un regalo que espero con alegría”, confiesa. “Un tiempo para mirar atrás con gratitud y adelante con ilusión”. 

La renovación dentro de Regnum Christi 

A lo largo de los años, ha sido testigo de cómo la vida consagrada dentro de Regnum Christi ha evolucionado. “Siempre ha sido algo hermoso, lleno de la presencia de Cristo”, dice. Pero la renovación ha permitido volver a lo esencial: “Poner el foco en cada persona, en su unicidad, en su camino personal con Dios. Acompañar con respeto, sin prisas, sin forzar. Solo facilitar ese encuentro que transforma”. 

Ahora, Celine trabaja en un libro sobre las mujeres del Evangelio. “Ellas estaban ahí, sosteniendo el ministerio de Jesús y de sus discípulos. Su papel fue clave”, explica. Y ve en ellas un reflejo del papel de la mujer consagrada hoy: “Estar presente. Acompañar con sensibilidad, con empatía, con un corazón que sabe alegrarse con los demás y ayudarles a florecer”. 

El aprendizaje más importante 

Después de casi cinco décadas de vida consagrada, ¿cuál ha sido su mayor lección? “Que Dios siempre encuentra el camino”, responde sin dudar. “No importa las circunstancias. Lo vemos en la historia de los santos, en la vida de tantas personas. Dios actúa, sostiene, da vida. Lo único que tenemos que hacer es confiar y abrir el corazón al susurro del Espíritu Santo”. 

Y con esa certeza, sigue adelante, con la misma pasión y entrega que la llevaron a dar su primer sí hace casi 49 años. 

Un camino de servicio y misión 

Celine  lleva casi 49 años consagrada en el Regnum Christi, y su trayectoria es un testimonio de entrega, formación y crecimiento espiritual. Desde sus primeros pasos en la vida consagrada hasta su más reciente labor en Tierra Santa, ha servido en distintos ámbitos: educación, acompañamiento espiritual, gestión de fondos o atención a peregrinos, entre otros. Ha desarrollado su apostolado en múltiples lugares: México, Europa, Estados Unidos, y ahora, en Tierra Santa. 

“Ha sido un recorrido muy rico, lleno de experiencias con personas, culturas e idiomas diferentes, y eso siempre abre horizontes”, cuenta. Pero más allá de la diversidad geográfica, lo que más ha marcado su camino es la certeza de que cada persona tiene una historia única con Dios. “Nosotros solo facilitamos, ayudamos. Sea en colegios, en clubes juveniles, en dirección espiritual, nuestra misión siempre es acompañar a la persona en su relación con Dios, en esta peregrinación que es la vida.”

 

Sobre Celine Kelly

Celine  es la tercera de cinco hermanos y es oriunda del condado de Clare, en el hermoso oeste rural de Irlanda. Allí desarrolló un profundo amor por la naturaleza y un gran anhelo de Dios. Después de escuchar la llamada, entregó su vida al Señor como mujer consagrada en el Regnum Christi en 1976.

Desde entonces, se ha dedicado al liderazgo escolar, la pastoral juvenil y familiar, los retiros, la dirección espiritual y las peregrinaciones en Irlanda, México, Canadá, Estados Unidos y Tierra Santa. Como directora del Instituto Magdalena, en Magdala, en Galilea, organizó y dirigió Encuentros Anuales de Mujeres para crear conciencia sobre la dignidad de la mujer y promover sus dones para un mundo mejor.

En cuanto a su formación académica, posee un Diploma en Educación Religiosa del Carysfort College of Education (Dublín), una licenciatura en Educación y Desarrollo por la Universidad Anáhuac (México), una magistería en Ciencias Religiosas del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum (Roma) y una maestría en espiritualidad, dirección espiritual y ejercicios ignacianos por la Universidad de Loyola (Chicago).

Le apasiona compartir su experiencia de vida y acompañar espiritualmente a las personas, especialmente a las mujeres, a lo largo del camino.