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Cristo me había amado primero y me esperaba con ternura | Ana Laura Ballina

“Dios propone la vocación con ternura, esperando una respuesta libre, y cuando respondemos, nuestra vida se llena de sentido”. Así lo comparte Ana Laura Ballina, consagrada del Regnum Christi y oriunda de Guadalajara, México, al narrar su experiencia personal. Este año concluyó su carrera en Teología y ha sido asignada a Valencia, donde ha estado involucrada en el ECYD y en diferentes acciones pastorales.

“La vocación responde siempre a los deseos y anhelos más profundos del corazón, no es algo que viene desde fuera, sino que está dentro pues -sea cual sea tu vocación, matrimonio o vida consagrada-, Dios ya te ha llamado y mirado con amor.” Según expresa Ana Laura, está convencida de que cada vocación es una historia irrepetible de amor, en la que Dios actúa con cuidado y con respeto a la libertad de cada uno.

Ana Lau con sus hermanos
Ana Lau con sus hermanos.

Muchas veces se asocia vocación solo a la vocación al sacerdocio o a la vida consagrada. ¿Cómo entiendes tú la vocación cristiana?

Todos tenemos una vocación. Como dice san Agustín: “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”. La vocación es siempre la invitación de Dios a vivir en su amor. Él la propone con ternura, esperando una respuesta libre. Cuando respondemos a la llamada de Dios –sea cual sea nuestro estado de vida–, nuestra vida se llena de sentido.

¿Y cómo descubriste tu vocación a la vida consagrada dentro del Regnum Christi? ¿Qué fue lo que encendió en ti ese “sí” esponsal a Cristo?

Para mí, descubrir mi vocación a la vida consagrada no fue fruto de un solo momento, sino la suma de muchos encuentros con Cristo, grandes y pequeños, que fueron despertando en mí el deseo de ser toda de Él. Las misiones, en particular, fueron un espacio privilegiado para ello, donde experimenté su mirada, su voz y su llamado de forma viva. Allí, descubrí que me llamaba no solo a hacer cosas por Él, sino a entregarme completamente a Él. Cristo me había amado primero y me esperaba, con ternura.

Con compañeros de la Universidad Católica de Valencia
Con compañeros de la Universidad Católica de Valencia.

¿Cómo es tu relación con otras vocaciones? ¿En qué medida te ayudan a vivir tu vocación?

Para mí es muy enriquecedora, pues todas las vocaciones se complementan y muestran el rostro de un Cristo vivo. Convivir con sacerdotes, consagrados, laicos, y con religiosos y religiosas de otras congregaciones me hace asombrarme de cómo el Espíritu Santo actúa en cada uno, y me anima a vivir con mayor entrega y alegría mi propia vocación.

La vida consagrada es una llamada a hacer presente el misterio de Cristo en el mundo. ¿Cómo entiendes y vives tú esta misión hoy?

Buscando vivir de cara a Él y con autenticidad mi propia vocación, allí donde quiera que Él me llame, procurando estar atenta a su voz. Al final, no se trata de lo que yo pueda hacer, sino de lo que Jesús quiere hacer en mí y a través de mí. Él es quien se manifiesta, sale al encuentro y hace presente el Reino; yo solo espero poder ayudarle a preparar el camino.

Con las responsables del ECYD de Valencia
Con las responsables del ECYD de Valencia.

Acabas de finalizar tus estudios de Teología en la Universidad. ¿Qué ha supuesto este tiempo de formación para ti, tanto a nivel personal como vocacional? ¿Cómo ha alimentado tu vida espiritual esta etapa académica?

Sin duda, ha sido una etapa muy enriquecedora, vivida con gozo, pero también con muchos retos. Estudiar Teología me ha ayudado a conocer más a Dios y a su Iglesia, a asombrarme ante el misterio inalcanzable de su amor y a maravillarme de cómo ha querido compartir su vida con el hombre. Como dice Jesús: “He venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10).

¿Qué le dirías a una chica que se plantea la vocación consagrada, pero tiene dudas?

“¡Que la vida merece ser vivida en plenitud! Que no tenga miedo de abrir su corazón, de escuchar la voz de Dios y de hacer la experiencia de su Amor. La vocación responde siempre a los deseos y anhelos más profundos del corazón, no es algo que viene desde fuera, sino que está dentro pues -sea cual sea tu vocación, matrimonio o vida consagrada-, Dios ya te ha llamado y mirado con amor. ¿Quién no querría vivir desde ahí?”

Fuente: Regnum Christi España.