La celebración del año jubilar en el Movimiento es un momento oportuno “para agradecer al Señor sus dones y su misericordia en estos 75 años de vida de la Legión y del Movimiento” (cfr. Carta del P. Eduardo Robles-Gil, 12 de marzo de 2015.)
Las consagradas presentan a continuación la experiencia de algunas de sus miembros que han cumplido 25 años de consagración a lo largo del año 2015.
¿Qué significa para ti hoy ser consagrada del Regnum Christi?
Merce Madrigal: En palabras de S. Juan Pablo II, “don y misterio”. Un don que he recibido y que quiero compartir con las personas con las que vivo y trabajo. Un misterio que me llena de profunda gratitud y me postra de rodillas para agradecer y suplicar el don de la perseverancia final.
Monique Villen: Pasando el tiempo, me doy cuenta que lo que realmente importa no es tanto lo que hago, sino lo que estoy llamada a ser pues es un camino que dura toda la vida y me siento muy lejos de la meta: ser más de Cristo para darlo a Él, para que el mayor número de personas conozca y experimente su amor. Nuestro carisma es el AMOR y esto resuena cada vez más en mi corazón. Al final es lo único importante.
Carmen Tapia: Considero mi vocación como un regalo de Dios ante el cual siento una profunda admiración, una manera concreta de vivir y amar, un poner al servicio de los demás las cualidades que Dios me ha dado, mi camino de FELICIDAD.
Letty Rendón: Para mí, ser consagrada es un llamado de Dios muy personal a mi alma. Él me invitó, me persiguió y me sedujo; el Regnum Christi fue un medio a través del cual conocí a Dios y mi vocación. Ser hoy consagrada en el Regnum Christi para mí es un don de Dios ya que me ha llevado por caminos insospechados, caminos de una gran purificación y al mismo tiempo caminos de un gran crecimiento humano y espiritual que han forjado una integración de mi humanidad.
Rocío Caballero: Cada día Cristo me enamora más. Y esto me hace ser muy feliz y plena, en medio de las dificultades, cruces, sufrimientos y retos que la vida misma me presenta. ¡Vale la pena responder generosamente a Cristo e invertir la propia vida en lo único necesario!
Después de estos 25 años, ¿cómo ves hoy tu vocación?
Merce Madrigal: Como un llamado dentro de un llamado… es decir, que el primer amor fue renovado en la experiencia de desierto donde Dios hizo Su alianza con Su pueblo… Cada día me permite constatar que sólo quiere y necesita que le permita traslucir la luz de Su amor, para que las personas puedan descubrir la belleza de Su amor. Así como se ve la belleza y el mensaje de los vitrales sólo cuando los atraviesa la luz del sol, así me siento llamada a traslucir el amor de Dios.
Guadalupe del Toro: Como una elección de Dios muy bella, me siento muy bendecida y pequeña ante un amor de Dios tan grande. Para mí el transmitir a otros el amor y la amistad con Cristo, el que puedan conocerle, es lo más hermoso que puedo hacer, vale la pena todo con tal de ver a alguien abrir su corazón a Dios.
Maite Espinosa de los Monteros: Me asombro que hayan pasado tan rápido estos 25 años de consagración a Dios y a los demás. Los he vivido intensamente tratando de amar, aún en medio de mis limitaciones. Los he vivido plenamente, pero veo con claridad que mi amor ahora es más puro y desinteresado que al inicio; se ha purificado y ha madurado en el dolor. “En Su nombre” he lanzado las redes y he superado retos que humanamente nunca pensé que podría alcanzar. He aprendido muchas cosas a lo largo de estos años, pero algo que ha sido contundente y que he aprendido bien es: la fidelidad de Dios. Por eso quisiera prolongar por toda la eternidad este salmo de gratitud y alabanza: “cantaré eternamente las misericordias del Señor” (Salmo 88).
Letty Rendón: Hoy tengo sed de Cristo, le necesito y es Él mi principal motor. Dios me ha regalado tal experiencia de su Amor que me ha llevado a ir pasando del deber al amor. ¡Sólo Dios basta!
Monique Villen: Estos 25 años han pasado volando y no los cambiaría por nada. Hoy vivo mi vocación con más ilusión que nunca y con mucha esperanza. Estamos empezando una nueva etapa, como el ave fénix que nace de las cenizas, creo que de forma más madura, más probado por la vida y más humilde.
Martha Oseguera: Para mí, ser consagrada del Regnum Christi hoy significa un reto distinto al de hace 25 años por que ahora mi vocación luce más hermosa, más clara y con más oportunidades de evangelización y crecimiento espiritual. Es como si se hubieran abierto de par en par las persianas de una ventana y entrara mucha luz. Mi experiencia con Cristo es de esposa y Esposo, de abandono en sus manos tanto en la oración, como en el apostolado y en la comunidad, dejando que Él haga y confío plenamente en Su gracia.
¿Qué experiencia apostólica te ha marcado más?
Monique Villen: Los años de fundación, tanto de la Academia Le Châtelard (1992-1995) en Suiza como del Centro estudiantil en París (1996-2001). Pero pensándolo mejor, creo que los años como profesora en el Centro de Formación de Monterrey (2002-2011) fueron un regalo para mí. Me permitieron asistir al milagro de tantas vocaciones y también me ayudaron a descubrir y sacar a la luz muchos talentos ocultos que hoy estoy desarrollando a favor de la Evangelización en el campo de la cultura.
Martha Oseguera: El trabajo en Colombia con las jóvenes sí dejó huella en mi alma en el sentido de ver como Dios toca las almas y las lleva a la gracia y como pueden llegar a enamorarse de Él tan jóvenes. Ahora mi apostolado con las niñas de primaria tan llenas de pureza, de deseo de Dios y cómo ellas llevan a sus papás a acercarse a Dios. También los grupos de oración que llevo con las mamás del colegio me llenan de alegría, porque veo cómo descubren nuevamente la belleza de su fe que ya habían puesto en un cajón.
Guadalupe del Toro: Las Jornadas Mundiales para la Juventud en Canadá con San Juan Pablo II, en Colonia con el Papa Benedicto XVI y en Río de Janeiro con el Papa Francisco. En todas ellas mi experiencia fue de una manera u otra, el ver la fuerza del amor de Cristo en la juventud, ver la belleza de la universalidad de la Iglesia y ser testigo de cómo Dios toca los corazones de esos jóvenes para llevarlos a más amor, por medio de su vicario y del testimonio de los demás jóvenes.
Merce Madrigal: El trabajo en la academia de Le Châtelard, en la que Dios me permitió estar 5 años. Pude tocar la acción de Su gracia en las niñas, lo sedientas y necesitadas que están de Él, de conocerle, de hacer la experiencia de Su amor; y de cimentar su vida en Cristo. Al pasar los años, es muy impresionante constatar lo mucho que esos meses les marcan en sus vidas. Y también por la labor que se puede hacer con el personal que trabaja en la academia por el simple hecho de ser consagrada.
Maite Espinosa de los Monteros: De las experiencias apostólicas más bonitas que he tenido, han sido cuando he transmitido la fe, sobre todo a aquellas personas más necesitadas y humildes, y que se han podido acercar al Señor, a través de los sacramentos. Cuando he dado cursos y reflexiones sobre la Santa Misa y la gente se te acerca para darte las gracias por haberse acercado más a este misterio y milagro de Amor. Y los años que trabajé en la formación de jóvenes, en el centro estudiantil de Estados Unidos.
Felicitamos a todas las consagradas que han cumplido 25 años de consagración en el año 2015:
27 de agosto: Rocío Caballero, Merce Madrigal y Monique Villen.
27 de febrero: María Cristina Mardónez.
02 de mayo: Florencia Vicuña.
22 de octubre: Guadalupe del Toro, Maite Espinosa de los Monteros, María Náder, Letty Rendón, Carmen Tapia y Martha Oseguera.