En esta novena, una reflexion de nueve días, te invitamos a caminar con María Magdalena. Deja que ella comparta contigo los bienes y tesoros espirituales que descubrio en su camino de discípula misionera. Su camino nos recuerda una verdad fundamental: hemos sido creados por amor y para el amor. El deseo inherente de amar implica libertad para hacerlo, pero se necesita una brújula o guía. María Magdalena probablemente probo las profundidades de la libertad, un tipo de libertad la llevo a una muerte espiritual segura y el otro la condujo a una nueva vida. Un uso equivocado de la libertad la ato a siete demonios. Quiza todos podamos identificarnos de algún modo, al reconocer los sutiles ídolos que apagan la vida de Dios en nuestro interior. Pero la buena noticia es que Jesús entra en el desorden de nuestra vida. Tenemos a María Magdalena como testigo de esta buena noticia. Como hizo con María Magdalena, Jesús nos tiende la mano y nos invita a una libertad cada vez nueva y mas profunda, una libertad vivida de acuerdo con nuestra dignidad, hechos a imagen de Dios.