La oración que hace el discernimiento propiamente tal y no una simple deliberación, debe vivirse no solo a nivel personal, sino también a nivel comunitario, en una relación filial con Dios que haga sentirse a todos hermanos e hijos de un mismo Padre. El grupo “con un solo corazón y una sola alma” implora la gracia del Espíritu, pide la indiferencia, la purificación del corazón y la apertura a todos y cada uno.