El domingo 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de la Virgen María, Diana Osuna emitió sus primeros votos como Consagrada del Regnum Christi en la capilla del centro vocacional de los Legionarios de Cristo en Rionegro.
Diana, originaria de Cali, Colombia, llegó al Regnum Christi en 2016 tras participar en un cursillo de Teología del Cuerpo. En esa experiencia, no solo descubrió su identidad como una hija amada de Dios, sino que también sintió una profunda conexión con el carisma del Regnum Christi. La forma en que se transforman vidas y familias mediante la contemplación del misterio de Cristo le resonó en el corazón.
Es la mayor de tres hermanas, estudió Ingeniería Industrial y actualmente cursa la licenciatura en Ciencias Religiosas en la Universidad Anáhuac.
Comenzó su proceso de discernimiento con las Consagradas del Regnum Christi haciendo una experiencia con la comunidad de Medellín por ocho meses durante el 2022 y de allí se trasladó a México para participar en el curso previo e ingresar posteriormente al candidatado en el Centro de Formación de Monterrey, donde acaba de completar el periodo inicial de dos años.
Decir sí con libertad del corazón a la invitación amorosa de Jesús a pertenecerle completamente.
A unos días de emitir sus primeros votos, hablamos con ella para conocer más de su vocación y su vida.
¿Cómo te enamoró Jesús y cómo te sigue enamorando?
Me formé en colegio y universidad católica, pero solo tuve un encuentro profundo con Jesús en un retiro de Emaús cuando tenía una vida matrimonial y profesional ya consolidada. Ese fin de semana se convirtió en el inicio de una aventura increíble en la que Jesús no ha dejado de enamorarme y asombrarme con su presencia de formas distintas cada día.
¿Cómo entró el Señor a tu vida y te cambió los planes?
En 2019 después de afrontar una grave enfermedad, mi esposo y especial compañero de vida durante más de diez años falleció. Y, aunque esta pérdida fue una situación muy dolorosa, estrechó mi relación con Dios y me enseño que la vida solo es posible vivirla depositándonos con confianza en sus manos. Así en medio de los cambios naturales que vinieron y siendo muy activa en el Regnum Christi de Cali, me vi sorprendida por una invitación de Jesús a considerar la consagración como un nuevo estado de vida que hacía posible dedicarme total y exclusivamente a Él para amarle y llevarle a otros.
Vivir esta gran dificultad de la vida sostenida en la fe y rodeada de tantas personas que nos acompañaron incondicionalmente con sus oraciones y apoyo, me hizo consciente que lo valioso cuando llega la hora de partir, no son los logros y éxitos temporales, sino el gran tesoro del Reino que es Dios mismo y su amor compartido con otros.
¿Qué te llevó a pensar en ser consagrada del Regnum Christi?
Comencé a sentir en mi interior una inquietud por ir a más, por buscar más y por encontrar algo más, que no sabía exactamente que era, pero que se unía a un anhelo en el corazón de estar muy cerca de Jesús en el Sagrario, en la Eucaristía, en una vida sacramental ordenada y en una mirada atenta a lo que Él esperaba de mí.
Fue un abrirme a escuchar qué era ese más, de manera que Dios pudiera disponer la totalidad de mi tiempo y de mi corazón para comprender su voluntad y su nuevo plan. Así descubrí que era una invitación amorosa a pertenecerle exclusivamente en una relación de consagración esponsal, que también implicaba acoger a los demás, compartirles lo que iba recibiendo y lo que me iba llenando el corazón.
Acoger con la gracia de Dios el don de la consagración que es misterio y descubrimiento.
¿Cómo fue tu “sí” al Señor?
Más que un “sí”, han sido muchos pequeños “sí” cada día. Después de casi tres años en la fase de discernimiento, conociendo y experimentando aspectos de la vida consagrada a través de los diversos medios dispuestos para esta etapa, sentí que se consolidaba esa resonancia mutua y el impulso para responder en total libertad a la invitación de Jesús, uniendo en su Sagrado Corazón mis pequeños sí, con el sí inmenso de Su voluntad.
¿Qué papel juega la familia del Regnum Christi en tu experiencia vocacional?
Este tiempo he reconocido el don de la consagración como un amor de gratuidad que se recibe y se entrega, que es la presencia muy viva y real hoy de Jesús entre nosotros que hace nuevas todas las cosas para que nos acompañemos unos a otros hacia la eternidad desde nuestras realidades y estados de vida.
Me ha encantado reconocer el misterio que es el acontecer de Dios en cada vida, con mucha gratitud de poderlo vivir como parte de un “nosotros” y de seguir sintiendo su amor misericordioso a través del cariño de mis hermanas consagradas, los padres legionarios y todos los miembros del RC que se esmeran por tener un corazón de apóstol y que son un regalo en cada encuentro.
¿Qué ha sido lo que más te ha ayudado en tu vocación?
Con total certeza me han ayudado todas las oraciones ofrecidas por tantas personas especiales y cercanas, y a la vez todas las que se hacen desde cualquier lugar por las vocaciones, porque es un proceso que solo puede ser posible como fruto de la oración. También doy gracias de corazón a los padres y consagradas que me han acompañado y motivado con su orientación, vivencias y entrega a descubrir el plan de amor de Dios para mí y, en general, la disposición y acogida generosa de toda la Sociedad de vida apostólica de las CRC por permitir que el Espíritu Santo actúe de maneras nuevas y creativas para nuestra Iglesia.
¿Qué le dirías a una persona que está discerniendo si Dios le llama a la vida consagrada?
Le diría que vaya a más, que se dé la oportunidad de profundizar con confianza en un proceso de discernimiento sobre el sueño de Dios, sobre el plan de amor para su alma. Dios solo quiere que nos realicemos plenamente descubriendo lo que ha escrito en nuestro corazón. Y esto puede ser posible en todas las vocaciones y estados de vida. Todas las vocaciones son sagradas y Dios nos habla cada vez más claro cuando nos disponemos a escucharle.
¿Cuál es tu reto más grande en esta etapa de primeros votos?
Mi asignación apostólica a partir de la consagración será en el Territorio de México y Centroamérica como parte del equipo de formación de la Oficina Territorial de Apostolados (OTA) en Ciudad de México y como auxiliar de la sección de mujeres de México Norte, por lo que estimo que será un reto interesante ir asimilando los nuevos aprendizajes de las vivencias apostólicas y de comunidad e integrarlos gradualmente como parte de mi relación con Jesús.
Me ilusiona la posibilidad de dedicar, con la gracia de Dios, mis días a vivir de esta experiencia del Reino de Cristo, contemplando su actuar en cada persona y considero un gran regalo de la vida consagrada acompañar a otros a descubrir y acoger el amor de Jesús y María en lo cotidiano.
¿Por qué vale la pena en el mundo de hoy entregarse a Dios en la vida consagrada?
Porque es elegir la mejor parte, que no nos será quitada, la que nos permite elevar la mirada y vivir con un sentido de trascendencia. Porque es dedicar la vida a compartir como familia espiritual una misión común que aporta a la extensión del Reino de Cristo, haciéndolo presente en un mundo confuso que necesita mucho la verdad y la esperanza del Evangelio y que nos promete, aunque el camino sea estrecho, la plena realización del plan que Dios ha escrito en nuestro corazón.
Es elegir la mejor parte, que no nos será quitada.