Desde hace trece años radica en Madrid, asignada a la Universidad Francisco de Vitoria y ha sido formadora en el Colegio Mayor y profesora de Transformación Digital, actualmente es profesora de Responsabilidad Social para los alumnos de Ingeniería Biomédica y dirige la Sociedad de alumnos “Laudato si’ UFV RC”.
Su camino vocacional a la vida consagrada inició a los 16 años en su triduo de asociación al Regnum Christi y fue ahí la primera vez que supo que a Dios se le podía preguntar qué plan tiene para cada persona. En su año de colaboradora vio con claridad que la vida consagrada sí podía ser un camino de felicidad.
“Me consagré con más miedo que ganas, pero ahora a 25 años de mi consagración me encuentro sorprendida de lo rápido que ha pasado el tiempo y lo afortunada que me siento. Y como en todas las buenas historias, de haber sabido que iba a ser así, lo hubiera hecho antes”.
Paulina Núñez.
Toda su formación estuvo asignada en México, apostólicamente estuvo en Mérida trabajando en la Universidad del Mayab y después trabajó en Monterrey en la oficina de comunicación, diseñando triduos y campamentos.
“Me ha tocado ver una maduración institucional muy hermosa, con menos triunfalismo y mayor sencillez, más cristocentrismo y más sentido de misión que ha sido tremendamente liberador”.
Paulina Núñez.
La Universidad Francisco de Vitoria tiene más de diez misiones internacionales, varias de ellas acompañadas de personal consagrado, siendo España el país que más misioneros y voluntarios envía a diversas iniciativas cada año.
Paulina ha participado en misiones en Calcuta junto a las Misioneras de la Caridad, en Guinea Ecuatorial y en Uganda, que es otro de los destinos a donde la Universidad envía misioneros.
Guinea Ecuatorial es un país pequeño en África, hace frontera entre Gabón y Camerún. Está localizado en el África subsahariana y tiene un poco más de un millón de habitantes, es católico y se habla español.
En Uganda junto al lago Victoria, el grupo de misioneros participa por las mañanas en un centro de educación especial para niños y por las tardes trabajan en un orfanato para niños en situaciones muy difíciles. Acuden con grupos pequeños de alumnos de la carrera de Psicología y magisterio, y han tenido vivencias muy duras pero de mucho aprendizaje estos dos años que ha participado en el proyecto.
El orfanato se gestiona con mucha austeridad, pero a los niños no les hace falta nada y el centro ha querido invertir en lo más importante que es la educación, por lo que la Universidad lo ha priorizado delante de otros proyectos tratando de buscar iniciativas locales que ya funcionen y sumarse a esos proyectos.
Este orfanato, que no es confesional, les ha autorizado dar una catequesis a los niños católicos que hay en ese centro, lo cual ha resultado ser un reto mayúsculo para Paulina y sus alumnos, pues los niños del orfanato han sufrido muchísimo física, moral y psicológicamente, además de que hablarles de Dios como Padre y de la Virgen como Madre, cuando no tienen una buena experiencia de la figura de padre y madre, ha representado un gran esfuerzo de preparación para tal acompañamiento.
Para lograr que estos chicos no se pierdan de la experiencia de saber que cuentan con estos padres amorosos, Paulina hizo equipo con varias consagradas para armar la catequesis, basándose en el Catecismo del Buen Pastor para llegar a los corazones de este pequeño grupo de ocho niños.
“La tónica de sus comentarios fue de sorpresa al darse cuenta de que Dios los llama por su nombre, no eufóricos, sino tranquilos y conmovidos”.
Paulina Núñez.
En su afán por encontrar conexiones con los niños se encuentra con la historia de San Carlos Lwanga, un santo ugandés, catequista y mártir, patrono de los niños torturados.
“Cualquier acceso al alma es tierra sagrada y la de un niño lo es diez veces más, por lo que cada vez que voy a África vuelvo a anhelar entender a dónde tenemos que volver, qué es la humanidad. Y la cosa va por ahí, perdonar, sabernos liberados por Dios. Me encuentro con ese dolor tan de cerca y esa esperanza tan real”.
Paulina Núñez.
En Uganda la misión se realiza una vez al año por tres semanas, se les ofrece misa los domingos y oración cada tercer día. Lo anterior totalmente voluntario respetando que el orfanato no profesa ninguna religión.
Guinea Ecuatorial por el contrario es un país profundamente católico y las misiones que se tienen allí son de Juventud y Familia Misionera, hay un grupo de más de veinte jóvenes que se han asociado al Regnum Christi y algunos de ellos se han ordenado sacerdotes diocesanos. El obispo les ha apoyado mucho abriéndoles de par en par las puertas de la diócesis e invitando a los jóvenes de la sección a vivir un año o dos como colaboradores para trabajar junto con él, extendiendo el Reino de Cristo.
En Guinea Ecuatorial se llevan a cabo dos misiones por año, una en Semana Santa y otra en verano, con grupos de las secciones del Regnum Christi de España y Chile.
“De no haber sido por grandes apóstoles del Regnum Christi que abrieron brecha para hacer misiones en estos lugares, hoy no estaríamos aquí. Vamos a hombros de gigantes”.
Paulina Núñez.
Encomendemos a estos entusiastas jóvenes que con gran generosidad participan en las misiones año con año y que demuestran que Cristo está ahí, con los pobres, con los que sufren, en el trabajo diario y sencillo.
Este artículo fue publicado originalmente por Regnum Christi México.